Las líneas de hundimiento solar, las arrugas en las mejillas y las nasolabiales solían ser un problema para mí, pero descubrí un ejercicio que ha transformado mi rostro. Mete tu boca hacia adentro y abre con fuerza 10 veces hasta sentir tensión en los músculos faciales. Al practicarlo de 5 a 8 minutos al día, mi rostro se ha visto más levantado y lleno. Este sencillo ejercicio de yoga facial no solo reduce las arrugas, sino que aporta volumen y firmeza, dándome un aspecto más joven y fresco.