Después de practicar yoga facial, noté cómo mis sienes y mejillas se ven más llenas y definidas. Los movimientos específicos ayudan a tonificar los músculos faciales, dándole al rostro un aspecto más juvenil y firme sin necesidad de procedimientos invasivos. Solo unos minutos al día hicieron una gran diferencia, devolviendo volumen a las zonas que parecían perderlo con el tiempo.