Si sientes que tu piel está flácida o tu rostro ha perdido luminosidad, este ejercicio es ideal para ti. Cada día, recoge tus labios y ábrelos y ciérralos 100 veces. Esta rutina activa los músculos temporales y maseteros, levantando tus mejillas y sienes y dándole firmeza a tu rostro. Con constancia, notarás cómo tu piel se vuelve más tersa y revitalizada, logrando una apariencia más juvenil y fresca.